Cunqueiro y el Albariño

Historia del Albariño contada con sencillez

Data de publicación: 16-02-2016

Más de una vez le ha dedicado Álvaro Cunqueiro palabras atentas al vino albariño. Traemos aquí un fragmento del gran escritor mindoniense, breve glosa a Emil Nack tierna y viva como un esqueje. Podría ésta titularse, parafraseando el delicioso título de aquel libro de Vicente Risco, Historia del Albariño contada con sencillez: 

Emil Nack sostiene, estudiando las legiones romanas y sus campamentos, que ciertas que guarecieron Dalmacia y alguna Itálica, fueron las que plantaron en el Reno, la Mosa y el Mosela cepas de ambas riberas adriáticas, triestina acaso, o del pago imperial de Spalato, o de la tierra de Ragusa, República de Mar, Tierra y Torre siglos andando. Y como de Mosela vinieron a la tierra de Salnés y a otras solanas galaicas con Cluny, tras haber aprendido gregoriano, el albariño que mañana se meza en el vaso del catador, al sol y sombra de la alameda cambadesa, podía decir solemne con el señor Du Bellay:

Heureux qui, comme Ulysse, a fait un beau voyage.

Feliz quien como Ulises viaja con buena suerte, dice el verso en la versión de Rafael Sánchez Mazas. 

Es así.

Lámpara encendida en la ribera de la Arousa, llama Cunqueiro a este vino nuestro. Qué aceite viejo y nuevo será el que arde en ella, que dejamos, con mucho gusto, que su vagarosa luz nos atrape, como gota de ámbar. 

 

Texto para Vinos Carballal de Héctor Quintela