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La fauna vinícola y por qué quererla

Fecha de publicación: 15-06-2016

LA FAUNA VINÍCOLA Y POR QUÉ QUERERLA

No podemos negar que nosotros somos más de huertos que de jardines, ni que convivimos con el barro, las inclemencias meteorológicas y los arácnidos más felices que unas perdices. Pero esta aparentemente rara inclinación por "cosas incómodas" no radica solo en nuestro ADN tirando a montañero, sino que tiene una estupenda justificación vinícola: del barro emergen nuestras cepas, de la lluvia crecen y de los (buenos) insectos se sirven para protegerse de los malos.

UN EJÉRCITO CONTRA LAS PLAGAS

La fauna que nos hemos encontrado esta primavera en nuestras fincas de albariño ha sido de lo más variada, y como buenos viticultores no podemos menos que celebrarlo. Mariquitas, arañas, escarabajos y otros seres diminutos se han dejado ver por entre las ramas. A ratos hambrientos, a ratos cansados, Spiderman y sus amigos han resultado ser un verdadero ejército de voluntarios para luchar contra las plagas.

Y no es casualidad que estos insectos se asienten en nuestros viñedos. 

 

En Carballal usamos la menor cantidad posible de fitosanitarios y con el mejor perfil toxicológico para que respeten la fauna auxiliar. 

Asimismo, la forma en que mantenemos el suelo -con cubierta vegetal permanente y nichos arbustivos en zonas de no cultivo- ayuda a estos bichos beneficiosos a realizar su ciclo biológico.

VITICULTURA SOSTENIBLE

La biodiversidad y naturalidad del medio en el que crecen nuestras cepas y se alimentan nuestros insectos es, digamos, el mejor entorno en el que podrían nacer. Como si un niño que quisiera ser violinista naciese en Viena en el S.XIX. Las parras les dan cobijo, y ellos las cuidan con el arraigo de quien defiende su casa.

Así es que, niños, no estrujéis a los bichos. De mayores querréis beber albariño y se lo tendréis que agradecer, también, a las mariquitas.